Yásnaya Elena Aguilar Gil (Ayutla Mixe, 1981) forma parte del COLMIX, un colectivo de jóvenes mixes que realiza actividades de investigación y difusión de la lengua, historia y cultura mixe. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas y cursó la Maestría en Lingüística a la UNAM. Ha colaborado en varios proyectos sobre divulgación de la diversidad lingüística, desarrollo de contenidos gramaticales para materiales educativos en lenguas indígenas, y proyectos de documentación y atención a lenguas en riesgo de desaparición. Se ha involucrado en el desarrollo de material escrito en mixe y en la creación de lectores mixehablantes y otras lenguas indígenas. Se ha involucrado en el activismo para la defensa de los derechos lingüísticos de los hablantes de lenguas indígenas, en el uso de las lenguas indígenas en el mundo virtual y en la traducción literaria.
Mariano Estrada Aguilar, indígena tseltal, es cineasta y documentalista, colabora y participa en la recuperación de la identidad de los pueblos indígenas en la sierra norte de Chiapas y parte de la selva Lacandona. Es miembro y Coordinador General de la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas (CLACPI) desde 2015. Se formó como videasta en un taller intensivo del programa “Transferencia de Medios Audiovisuales a Comunidades y Organizaciones Indígenas” el 1992 y desde entonces, ha producido más de 50 producciones audiovisuales. Forma parte del colectivo comunitario Tseltal Bachajón Comunicación. También ha impartido talleres de formación para jóvenes de la sierra de Chiapas, escrito artículos y participado en la publicación de libros.
Bernardo Caal Xol es líder maya comunitario de la resistencia del río Cahabón, situado en la región septentrional de Alta Verapaz, en Guatemala.
El 2015, las comunidades locales lo escogieron para representar su disputa con OXEC y Renace, proyectos hidroeléctricos que han restringido el acceso de la población local en los ríos sagrados de Cahabón y Ox-eek’, aguas que han sustentado la vida del pueblo Q’eqchi’ durante generaciones.
Bernardo recibió amenazas por su activismo como defensor de la tierra. A raíz de las protestas se desencadenaron campañas de difamación que lo calificaban de delincuente, acusándolo de falsos delitos. El 2018 fue detenido. El tribunal lo condenó a 7 años y 4 meses de prisión por detención ilegítima y robo con agravantes.
El 25 de marzo de este año fue liberado después de cumplir una condena de 4 años y 2 meses. Ya en libertad, pero con procesos judiciales pendientes, continúa la lucha en defensa de derechos fundamentales que quieren arrebatar en su pueblo. Las amenazas no le frenan la palabra.